Jorge Caro Bello, un ingeniero sogamoseño que ha estado al frente de las veedurías de las obras de la vía del Cusiana y del carreteable entre Sogamoso e Iza, explicó que la propuesta surgió de un grupo de profesionales de la ciudad quienes en alianza con la Cámara de Comercio plantearon una opción para desviar el tráfico pesado que transita desde y hacia la Orinoquia por la calle 7.
Se trata de un conector entre las actuales carreteras que conducen a Nobsa y la que llega a Sogamoso por Tibasosa.
El punto cero comenzaría en el sector de San Roque, donde actualmente se construye un viaducto para facilitar el paso entre Nobsa y Sogamoso. Se extendería por la vía de Siatame y a partir de la transversal 25 se proyectaría un trazado hacia El Cerrito que continuaría paralelo al canal de Venecia hasta la calle 11 (en la entrada por Duitama). Este seguiría hasta la calle 11 sur, paralelo al río Chiquito, y tomaría hacia el oriente hasta conectar con el sector de las areneras, atravesaría la actual vía que conduce a Iza y empalmaría con la vía del Cusiana a través de un túnel o de un conector vial que determinarían los estudios.
Jorge Caro agregó que entre las areneras y la actual vía del Cusiana se podría construir un túnel de 1.7 kilómetros, aproximadamente, sin embargo, aclaró que esa opción dependería de los análisis que se realicen para determinar su viabilidad. Esta alternativa de variante tendría una extensión de 10 kilómetros aproximadamente, mientras que la planteada por la ANI comprende 16,2 kilómetros.
Con este trazado, presentado a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) en 2012, pero que no recibió comentarios ni ha sido contemplado por la administración municipal, la intervención paisajística sería menor que la actual propuesta de diseño de la Variante Sogamoso, respecto de la cual hay reparos de la comunidad por el impacto sobre el patrimonio ambiental, arqueológico y cultural del sur de la ciudad.
Caro hizo referencia a un proyecto presentado recientemente por la Alcaldía de Sogamoso, y respaldado por las empresas cementeras para intervenir el tramo entre la transversal 25, El Cerrito y la calle 11 denominado ‘Conexión Vial Sogamoso – Nobsa para la circulación de camiones con materias primas’ el cual tendría un costo aproximado de 20 mil millones de pesos. En su opinión esta obra contribuiría a reforzar su idea de una variante menos impactante.
Uno de los defensores del diseño oficial de la variante, el ex gobernador Carlos Amaya Rodríguez, se refirió al proyecto. Mencionó la destinación de 70 mil millones de pesos del gobierno nacional a través de recursos del Plan Bicentenario para el mejoramiento de la transversal del Cusiana y la necesidad de asegurar la construcción de la doble calzada entre Tibasosa y Sogamoso, y con ella la inclusión de la Variante Sogamoso.
Amaya respaldó la justificación del alcalde Rigoberto Alfonso Pérez en el sentido de que la Variante reduciría el riesgo para los estudiantes de la ciudad. “Esa variante por la parte de atrás de Sogamoso sería maravillosa porque el tráfico pesado pasaría por allí en doble calzada rumbo a Casanare”. No se refirió, sin embargo, al riesgo que podría representar para los escolares de veredas como Pedregal, la Independencia y Primera Chorrera.
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Mejor invertir en la vía actual
Voceros del Colectivo por la Protección de la Provincia de Sugamuxi consideraron que aunque la propuesta referida por el ingeniero Caro Bello aseguraría la protección de las fuentes de agua, las pinturas rupestres y los bienes de interés cultural del sector de Pedregal, por donde la ANI prevé ejecutar la obra, la mejor decisión sería invertir en el mejoramiento del carreteable existente.
Son dos las razones para soportar esta propuesta: sería más económica y menos invasiva que el diseño aprobado por la ANI, del cual actualmente es responsable el Instituto Nacional de Vías (Invias).
Desde el Colectivo también llamaron la atención sobre el desconocimiento de la ANI, el Invias y la firma consultora del diseño de la Variante, el Consorcio Ruta 6211 ICP, sobre los vestigios arqueológicos y lamentaron que ninguna de las entidades vinculadas se haya tomado la tarea de consultar la información disponible en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Sogamoso y en los Esquemas de Ordenamiento Territorial (EOT) de Firavitoba e Iza.
Su desconcierto es mayor al saber que tampoco el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) tiene incluidas en sus bases de datos todos los hallazgos arqueológicos existentes en la zona de influencia del proyecto Variante Sogamoso.
La inquietud persiste entre los miembros del Colectivo, especialmente por las dificultades para la socialización del proyecto de la Variante con la comunidad y el peligro que representa el coronavirus. El 12 de agosto el alcalde Rigoberto Alfonso y representantes del Consorcio se reunieron con algunas personas en escuela de la vereda Pegregal para hablar del tema y el pasado 24 de agosto el mandatario confirmó ser portador de COVID-19.
Por esta razón se ha pedido aplazar la realización de los estudios por parte del Consorcio Ruta 6211 ICP para limitar los riesgos y garantizar que la exposición de los alcances del proyecto sea lo suficientemente amplia.