“Las pandemias futuras surgirán con más frecuencia, se propagarán más rápidamente, harán más daño a la economía mundial y matarán a más personas que el COVID-19, a menos que haya un cambio transformador en el enfoque global para hacer frente a las enfermedades infecciosas”.
Así lo advierte un nuevo informe sobre biodiversidad y pandemias elaborado por 22 expertos convocados por la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
Los investigadores participaron de un taller virtual urgente sobre los vínculos entre la degradación de la naturaleza y el aumento de los riesgos de una pandemia. Los expertos coincidieron en que escapar de la era de las pandemias es posible y para ello se requerirá un cambio radical en el enfoque que considere la prevención antes que la reacción.
“COVID-19 es al menos la sexta pandemia de salud mundial desde la Gran Pandemia de Influenza de 1918, y aunque tiene sus orígenes en microbios transportados por animales, como todas las pandemias, su aparición ha sido impulsada enteramente por actividades humanas”, dice el reciente informe de IPBES.
Las previsiones no son alentadoras. Los estudios y las proyecciones realizadas calculan la existencia de otros 1,7 millones de virus «no descubiertos» en mamíferos y aves, de los cuales hasta 850.000 podrían tener la capacidad de infectar a las personas.
“No hay un gran misterio sobre la causa de la pandemia de COVID-19 – o de cualquier pandemia moderna”, dijo el doctor Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance y presidente del taller de IPBES.
“Las mismas actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan riesgo de pandemia a través de sus impactos en nuestro medio ambiente. Cambios en la forma en que usamos la tierra; la expansión e intensificación de la agricultura; y el comercio. La producción y el consumo insostenibles perturban la naturaleza y aumentan el contacto entre la vida silvestre, el ganado, los patógenos y las personas. Este es el camino hacia las pandemias «.
El informe de IPBES plantea la ruta para hacerle frente a futuras pandemias y tiene que ver con reducir las actividades humanas que impulsan la pérdida de biodiversidad, mayor conservación de las áreas protegidas y medidas que reduzcan la explotación insostenible de las regiones de alta biodiversidad.
“Esto reducirá el contacto entre animales silvestres, ganado y otras especies domésticas y humanos, y ayudará a prevenir la propagación de nuevas enfermedades”, consideran los expertos que participaron en el taller de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
«La abrumadora evidencia científica apunta a una conclusión muy positiva», destacó el doctor Daszak y complementó: “Tenemos la capacidad cada vez mayor de prevenir pandemias, pero la forma en que las estamos abordando en este momento ignora en gran medida esa capacidad. Nuestro enfoque se ha estancado: todavía confiamos en los intentos de contener y controlar las enfermedades a través de vacunas y terapias. Podemos escapar de la era de las pandemias, pero esto requiere un enfoque mucho mayor en la prevención, más que en la reacción”.
Daszak dijo además que el hecho de que la actividad humana haya podido cambiar de manera tan fundamental nuestro entorno natural no siempre tiene por qué ser un resultado negativo. “También proporciona una prueba convincente de nuestro poder para impulsar el cambio necesario para reducir el riesgo de futuras pandemias, al tiempo que beneficia la conservación y reduce el cambio climático”.
El informe IPBES dice que depender de las respuestas a las enfermedades después de su aparición, como las medidas de salud pública y las soluciones tecnológicas, en particular el diseño y la distribución rápidos de nuevas vacunas y terapias, es un «camino lento e incierto«, lo que subraya tanto el sufrimiento humano generalizado y las decenas de miles de millones de dólares en daños económicos anuales a la economía global por reaccionar a las pandemias.
Los costos económicos de la pandemia
Se estima que a julio de 2020 el costo mundial para atender la crisis por COVID-19 osciló entre $ 8 y 16 billones de dólares a nivel mundial, y que solo en Estados Unidos este puede requerir de $ 16 billones para el cuarto trimestre de 2021.
Los expertos consideran que el costo de reducir los riesgos para prevenir pandemias puede ser 100 veces menor que el costo de responder a tales pandemias, y ello es posible si se proporcionan fuertes incentivos económicos para un cambio transformador».
Hay alternativas
El informe IPBES ofrece una serie de opciones de política que ayudarían a reducir y abordar el riesgo de pandemia. Entre estos se encuentran las siguientes:
– Lanzamiento de un consejo intergubernamental de alto nivel sobre prevención de pandemias para proporcionar a los tomadores de decisiones la mejor información científica con suficiente evidencia sobre enfermedades emergentes y la identificación de áreas de alto riesgo, estimación del impacto económico de las pandemias potenciales y posibles lagunas en la investigación. Este consejo podría coordinar el diseño de un marco de seguimiento global.
– Establecimiento de metas u objetivos por países mutuamente convenidos en el marco de un acuerdo internacional, con claros beneficios para las personas, los animales y el medio ambiente.
– Institucionalizar el enfoque de «una sola salud» en los gobiernos nacionales para atender eventuales pandemias, mejorar los programas de prevención e investigar y controlar los brotes en todos los sectores.
– Desarrollar e incorporar evaluaciones del impacto sobre la salud de los riesgos de enfermedades emergentes y pandémicas en los principales proyectos de desarrollo y uso de la tierra, al tiempo que se reforma la ayuda financiera para el uso de la tierra de modo que los beneficios y riesgos para la biodiversidad y la salud sean reconocidos y explícitamente dirigidos.
– Asegurar que el costo económico de las pandemias se tenga en cuenta en el consumo, la producción y las políticas y presupuestos gubernamentales.
– Implementar cambios para reducir los tipos de consumo, la expansión agrícola globalizada y el comercio que han dado lugar a pandemias, esto podría incluir impuestos o gravámenes sobre el consumo de carne, la producción ganadera y otras formas de actividades de alto riesgo pandémico.
– Reducir los riesgos de enfermedades zoonóticas en el comercio internacional de vida silvestre a través de una nueva asociación intergubernamental de salud y comercio; reducir o eliminar especies de alto riesgo de enfermedades en el comercio de vida silvestre; mejorar la aplicación de la ley en todos los aspectos del comercio ilegal de vida silvestre y mejorar la educación comunitaria en los puntos críticos de enfermedades sobre los riesgos para la salud del comercio de vida silvestre.
– Valorar la participación y el conocimiento de los pueblos indígenas y las comunidades locales en los programas de prevención de pandemias, lograr una mayor seguridad alimentaria y reducir el consumo de vida silvestre.
– Cerrar brechas de conocimiento críticas como aquellas sobre comportamientos de riesgo clave, la importancia relativa del comercio ilegal, no regulado y legal y regulado de vida silvestre en el riesgo de enfermedades; y mejorar la comprensión de la relación entre la degradación y restauración de ecosistemas, la estructura del paisaje y el riesgo de aparición de enfermedades.
Anne Larigauderie, secretaria ejecutiva de IPBES, dijo que la pandemia de COVID-19 ha resaltado la importancia de la ciencia y la experiencia para informar y respaldar las políticas y la toma de decisiones.
Agregó que este no es uno de los típicos informes de evaluaciones intergubernamentales de la IPBES, “se trata – dijo – de una publicación extraordinaria de expertos revisada por pares que representa las perspectivas de algunos de los principales científicos del mundo, con la evidencia más actualizada y producida con importantes limitaciones de tiempo”.